Hace dos años, Jonathan Levin declaró ante un panel de servicios financieros de Estados Unidos que su compañía poco conocida, Chainalysis, había localizado 650.000 bitcoins robados de Mt Gox, la mayor plataforma de negociación de criptomonedas en el mundo en ese entonces. Su investigación descubrió $1.200 millones en bitcoins (o $6.500 millones en precios actuales) que los investigadores pensaban que se habían perdido para siempre. No es así, le dijo Levin al panel aturdido. Había encontrado el dinero, y Chainalysis había encontrado su vocación, como una herramienta para resolver los crímenes de criptoactivos.
Apenas tres años antes, Levin había cofundado Chainalysis, con sede en Nueva York, para estudiar cómo las personas usan la criptomoneda bitcoin, que permite a las personas y empresas mover valores sin utilizar una institución como un banco. Sus primeros esfuerzos se centraron en la identificación de conductas delictivas, como el robo de criptomonedas (como en el caso de Mt Gox) y las compras de drogas en el mercado negro (por ejemplo, en el mercado de Silk Road, ahora cerrado).
Levin luego descubrió que los patrones que Chainalysis puede identificar son buenos para algo más que solo rastrear el crimen después del hecho. La empresa emergente lanzó una nueva herramienta diseñada para ayudar a los procesadores de dinero y los bancos tradicionales a cumplir automáticamente con los requisitos reglamentarios a medida que abren cada vez más cuentas para compañías de criptomoneda, como demostrar la fuente de los fondos de un cliente.
Ese nuevo esfuerzo comercial ayudó a que los ingresos de Chainalysis alcanzaran un estimado de $8 millones en 2018. También logró establecer a la compañía, que cuenta con $53 millones en fondos de riesgo de Accel y Benchmark, en la lista más reciente de Next Billion-Dollar Startups (empresas emergentes por valer mil millones de dólares) de Forbes, la primera compañía de criptomonedas en lograrlo.
“Ahora estamos ayudando a los bancos a entender cómo pueden crear programas para permitir que las empresas de criptomonedas accedan a los servicios bancarios, pero también a asegurarse de que no haya ninguna actividad ilícita”, dice Levin, de 29 años, homenajeado de la lista europea de 30 Under 30 (30 menores de 30) de Forbes.
Los piratas informáticos ganaron alrededor de mil millones de dólares el año pasado tan solo pirateando plataformas de negociación, según un informe de Chainalysis. Los retenedores de bitcoins y otras monedas evadieron un estimado de $25 mil millones en obligaciones fiscales de los Estados Unidos, dice la firma de investigación Fundstrat Global Advisors.
Eso ha llevado a una ola de empresas emergentes que compiten con Chainalysis. Por ejemplo, Elliptic, con sede en Londres, recaudó $12 millones, y CipherTrace, con sede en California, recaudó $18 millones para proporcionar información sobre la actividad ilícita en varias blockchains. Mientras tanto, la firma de tecnología de blockchain Bitfury, miembro de la lista inaugural Blockchain 50 de Forbes que ya está valorada en más de $1 mil millones, registró en silencio su plataforma de seguridad Crystal como una entidad independiente de propiedad total con sede en los Países Bajos.
El negocio de Chainalysis en la actualidad está dividido entre la lucha contra el crimen y el cumplimiento normativo. Levin dice que la mitad de los ingresos de la compañía aún provienen del trabajo con los gobiernos estatales y reguladores, incluido el Servicio de Impuestos Internos y la Oficina Federal de Investigaciones para proporcionar un software de investigación. El Banco de Montreal utilizó el software de Chainalysis para investigar la trata de personas. Europol depende de él para rastrear y prevenir el crimen en línea, y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito lo ha utilizado como parte de una ofensiva contra el abuso infantil. Levin dice que la compañía ha rastreado $1.100 millones enviados a direcciones de criptomonedas asociadas con la distribución de millones de imágenes de abuso infantil, lo que resultó en el arresto de más de 300 personas.
La lucha contra el crimen es una gran labor, pero también lo es el esfuerzo diario para garantizar que las empresas de criptomonedas que crean cuentas bancarias sean legítimas, un área en crecimiento mientras las corporaciones adoptan el blockchain cada vez más. Lanzado en abril de 2018, el KYT (Know Your Transaction o ‘Conozca sus transacciones’) de Chainalysis ayuda a los clientes a cumplir con las normas y regulaciones financieras internacionales y ya genera aproximadamente la misma cantidad de ingresos. La herramienta de cumplimiento es utilizada por 110 clientes en 35 países. Barclays lo usa para ayudar a verificar las firmas de criptomonedas como titulares de cuentas.
Tanto la lucha contra el crimen como los servicios de cumplimiento son operaciones globales, y la compañía ahora emplea a 160 personas en oficinas en Nueva York, Washington DC, Londres y Copenhague. “Ahora pasamos mucho más tiempo pensando en cómo las corporaciones, las redes sociales y las instituciones financieras podrán ingresar al espacio de manera segura”, dice Levin.